Sesión del 10 de noviembre de 2018
PREDICACIÓN
El padre Agustín nos estuvo predicando sobre el Evangelio de San Marcos, Cap 4, 26-32.
En dicho capítulo se narran las parábolas del sembrador y del grano de mostaza.
La reflexión versó en torno a que somos semilla del Reino de Dios, que crece aunque nosotros no sepamos cómo. El crecimiento del Reino se debe al amor de Dios no a nuestros méritos o cualidades. Dios se sirve de lo sencillo o pequeño y muestra su grandeza.
Estas parábolas son también una llamada a la esperanza y a no apresurarnos o angustiarnos por la falta aparente de resultados.
Tengamos confianza en Dios que, aunque nos parezca que no, actúa y va transformando el mundo según Su plan.
FORMACIÓN
Luis Miguel trató en la sesión de hoy el tema: “Vocación y misión de los fieles laicos en la Iglesia”.
Comenzamos viendo las vocaciones y misiones en la Iglesia, destacando que la diversidad en el actuar se asienta en la realidad de una comunidad en la que hay diferentes modos de participar en la triple función de sacerdote, rey y profeta. Diversidad que está precedida de la unidad en el ser: Un solo Señor, una fe, un bautismo.
Después profundizamos en la misión del laico en la Iglesia, que es la de evangelizar, es decir, llevar la Buena Nueva a nuestros ambientes, y la misión propia e ineludible del laico es la de transformar el mundo, El trabajo evangelizador del laico se basa en su vida cotidiana, “sois la sal de la tierra. Esta misión de evangelizar es conjunta y complementaria de laicos y consagrados.”.
El último punto en el tema de hoy fueron los ministerios laicales, se nos presentaron como un ejercicio de corresponsabilidad para la edificación de la comunidad. Destacando que en los últimos tiempos a hay un resurgir de estos ministerios, fruto de la eclesiología de comunión del Vaticano II y de una mejor concepción de los carismas.
LABORATORIO
Constatamos gran inercia y resistencia a los cambios por parte de los laicos, pero también por parte de los sacerdotes. Aún perduran residuos de la Iglesia piramidal.
A veces somos muy individualistas y nos centramos en nuestra parroquia en vez de darnos cuenta que la Iglesia es universal.
Lucía Díaz Iglesias